No es fácil, pero la vida sigue y tú puedes superar tu dolor;
crecer y mejorar si cicatrizas tus heridas.
En otras palabras practica dos actitudes sanadoras:
1. Perdonarte y perdonar de corazón.
2. Aprende del error o el golpe y proyéctate con fe al porvenir.
Así actúan los triunfadores cuando fracasan
y los seres nobles cuando hacen daño injustamente.